En las manos de la Virgen se van muchas cosas, tantas que son innumerables.
Se van los besos de todos sus fieles y devotos que la veneran como MADRE DE DIOS…
Se van la dulzura de los niños que temblorosos se acercan ante la mirada atenta de la Virgen…
Se van los enfermos de la hermandad que ahora más que nunca intentan agarrarse a la que se ausenta de forma física, pero que siempre está presente en nuestros corazones…
Se van los aromas en el Oratorio que la acoge como fortaleza inerte en la oración oportuna de cada uno de los hermanos de esta cofradía…
Se va…la Virgen no se va, no se va nunca. Está con nosotros y nos protege como sus hijos que somos.
Dos meses se van rápido.
Se siempre nuestra guía al cielo…Virgen de la Estrella