Según queda reflejado en los anales de Jerez de la Frontera y relata Agustín Muñoz Gómez en su obra Noticias Históricas de las Calles y Plazas de Xerez de la Frontera, en la llamada Puerta de Sevilla -una de las cuatro puertas primitivas que poseía la muralla de la ciudad- estuvo expuesta al culto público una imagen de Nuestra Señora de la Estrella, hasta su derribo en 1864.
Dicha imagen se conserva en el ingreso de la puerta lateral de estilo mudéjar de la Iglesia de San Marcos. Se trata de un bello óleo digno de una pronta restauración.
En este caso, la advocación -de raíz popular- parece tener su origen en un símbolo, una estrella de ocho puntas típica de la iconografía almohade que se hallaba en la parte superior del mencionado acceso a la ciudad y a la que flanqueaban los friso, uno de los cuales contenía la frase “Dios es nuestro Señor”. Este emblema, que en aquellos tiempos significaba protección divina para el habitante y el viajero, se asoció tras la reconquista a la devoción de la Santísima Virgen María como protectora y guía de la humanidad, naciendo así el título de “ESTRELLA”.
A finales del S.XIII, por decreto del rey Alfonso X de Castilla y León, fue construida una capilla adosada a la muralla donde se veneraba un icono del mismo título. Más tarde, dicho monarca compuso las Cántigas de Santa María. La número 100, se titula “Santa María, Strela do dia”, se trata de un virelay, poema musical de loor con una dinámica responsorial que implica un ambiente devocional colectivo. Sin duda esta advocación constituía una de las particulares devociones de Alfonso X, aspecto refrendado con la creación en 1272 de la Orden de Santa María de España conocida tradicionalmente como Orden de la Estrella.
Este hecho nos habla por sí solo, sin lugar a dudas, de que la devoción a la Santísima Virgen de la Estrella estaba en tiempos pasados arraigada en el puebllo; sino fuera así ¿cómo se explcia entonces la presencia de dicha imagen de Nuestra Señora en uno de los accesos principales a la ciudad hasta la segunda mitad del S.XIX? Concluímos que, sin duda, el pueblo conservó en sus corazones la piedad que en tiempos se tuvo al referido icono mariano antes de la desaparición de su antigua y tradicional ubicación en la Puerta de Sevilla y que ello fue la causa de que los fundadores de la cofradía lasaliana jerezana eligieran este hermoso apelativo para fomentar el culto a la Madre de Dios.
En el año 1949, un numeroso grupo de antiguos alumnos lasalianos bajo la tutela del Hno. Tomás Bengoa Larrinaga (F.S.F.), comenzó a forjar la actual cofradía. Desde sus comienzos, dicha asociación concibió una futura imagen de la Santísima Virgen cuya advocación recogiera la antigua devoción jerezana, como ya se ha mencionado antes. Mas tarde esta se fundiría -obra de la divina providencia- con la nuestra patrona del Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas. Finalmente la talla fue adquirida al imaginero Sebastián Santos Rojas y bendecida el 27 de Mayo de 1962, fecha desde que la que Nuestra Señora de la Estrella recibe culto en el Oratorio de la Escuela de San José. Así permanece esta devoción histórica en la ciudad y sigue intercediendo sin cesar por multitud de fieles que testimonian su favor antes Dios nuestro Señor.